Un real decreto de 24 de octubre de 1849, firmado por el conde de San Luis, ordenaba la implantación del sello adhesivo como tasa de previo franqueo para la correspondencia en España. Dos meses más tarde, el día primero de enero de 1850, aparecía la primera serie de sellos españoles, compuesta de cinco valores, todos ellos con la efigie de Isabel II: seis cuartos, negro; doce cuartos, lila; cinco reales, rojo; seis reales, azul y diez reales, verde. Los sellos, sin dentar y grabados por Bartolomé Coromina, se habían impreso en litografía en la Fábrica Nacional del Sello. Se iniciaba así en España una notable reforma en el correo, imitando el ejemplo de Inglaterra, que diez años antes había emitido el primer sello del mundo con la efigie de la reina Victoria.

La segunda emisión postal española, correspondiente a 1851, constaba de seis valores con diseño modificado, de 6 y 12 cuartos, 2, 5, 6 y 10 reales, impresos en tipografía y debidos al mismo grabador. A esta serie pertenece el sello más raro de España: un dos reales azul por error de impresión del color, del que sólo se conocen dos piezas sueltas y una más emparejada con el 6 reales azul. La emisión siguiente, en 1852, estuvo formada por otros cinco signos de franqueo con la efigie de la soberana en un círculo e idénticos valores que la anterior, excepto el 10 reales. Más tarde, en 1853, se emiten dos sellos de 1 y 3 cuartos para correo interior de Madrid en los que figura el escudo de la capital, impresos en color bronce. Al año siguiente aparecen cuatro valores con el escudo de España y fondo de color y, meses más tarde, otros tres con fondo blanco. Ese mismo año se emite la primera serie de sellos destinados al servicio oficial, también con el escudo nacional, que se repetirá en 1855 con el escudo en un óvalo y la leyenda “Correo oficial”.

A partir de 1855 reaparece en los sellos la efigie de Isabel II, con cuatro valores y la novedad de imprimirse sobre papel azulado con filigrana de lazos; en 1856 se emiten otros cuatro en papel blanco con filigrana de líneas cruzadas y, meses más tarde, otros tantos en papel blanco, que estarían en vigor hasta 1859. Las emisiones de Isabel II prosiguen con diseños más o menos afortunados en 1860-61, 1862, 1864 y 1865. Este último año se introduce una novedad: la perforación de las hojas de sellos, que hará innecesario en lo sucesivo cortarlas con tijeras. La primera emisión dentada estuvo compuesta por seis valores, dos de ellos impresos por vez primera en dos colores, y fue grabada por Eugenio Juliá. Los últimos sellos del reinado aparecerían en 1866, 1867 -dos de ellos con motivo de cifras- y 1868-69. En conjunto, con el retrato de la soberana aparecieron 82 sellos. Fue período abundante en variedades, errores de impresión y falsificaciones de época. Pero a él corresponden la mayoría de las grandes rarezas del sello español. 

GOBIERNO PROVISIONAL (1868-1870)

Triunfante la revolución de 1868 que destronó a Isabel II, se inicia un agitado período que tendrá su reflejo en las emisiones postales. En 1868, la Junta provisional revolucionaria de Madrid acordó que se estampillaran todos los sellos en poder de la Fábrica Nacional del sello con la sobrecarga “Habilitado por la Nación”, de la que existen dos tipos. En 1870, bajo la regencia del duque de la Torre, apareció una nueva emisión de trece valores con una efigie alegórica de España, grabados por Eugenio Juliá e impresos en la Fábrica Nacional del Sello.

AMADEO I (1870-1873)

Tras la aceptación del trono vacante de España por el duque de Aosta, las primeras emisiones del nuevo reinado tienen lugar dos años más tarde: se trata de los sellos para franqueo de impresos de un cuarto de céntimo --el de menor valor facial emitido en el mundo--, 2 y 5 céntimos, grabado el primero por Luis Plañol y por Eugenio Juliá los restantes. La primera emisión con la efigie de Amadeo I aparecería en el mismo año, compuesta por doce valores con dos retratos diferentes, debidos a Eugenio Juliá. Se emitió en dos partes debido a un cambio de tarifas; algunos valores fueron eliminados de la circulación y otros cambiaron de color para evitar falsificaciones.

PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874)

Tras la renuncia de Amadeo I, las Cortes proclamaron la Primera República, que tuvo once meses de duración. A primeros de julio de 1873 se pone en circulación un nuevo sello para franqueo de impresos, de Luis Plañol, impreso en tipografía y con la única innovación con respecto al anterior diseño de la corona mural. Asimismo, entró en circulación una serie de diez valores con la matrona sedente, alegoría de la República, realizada por Eugenio Juliá. 

A comienzos del año siguiente se crea el impuesto transitorio de guerra, que se materializa en dos sellos de 5 y 10 céntimos impresos en tipografía. El primero de julio de 1874 aparece la emisión alegórica de la Justicia, compuesta por diez valores y, el primero de octubre del mismo año, un sello de 10 céntimos con el escudo republicano y tres tipos distintos, impreso en tipografía. 

La última serie de la efímera República aparecería el primero de enero de 1875, correspondiente también al impuesto de guerra, cuando Alfonso XII ya estaba en España y se había restaurado la dinastía borbónica.

EMISIONES CARLISTAS (1873-1875)

Durante la segunda guerra carlista, los partidarios del pretendiente don Carlos ocuparon gran parte de las provincias vascas, Navarra, partes de Cataluña y del Maestrazgo, en Levante. Mantuvieron su propio sistema postal, dirigido desde Bayona (Francia) y más tarde desde Tolosa en 1874. Entre 1873 y 1875 produjeron sellos de correos en litografía y sin dentar para el servicio de las provincias Vascongadas y Navarra, para Cataluña y para Valencia, todos ellos con la efigie del pretendiente Carlos VII. Estos sellos, por sus cortas tiradas y por lo limitado de su ámbito de circulación, son hoy muy raros y constituyen un apartado sugestivo en la historia de la filatelia española y mundial.


ALFONSO XII (1875-1885)

Tras la proclamación y subida al trono de Alfonso XII, aparecen en 1875 los primeros sellos del nuevo monarca, consistentes en diez valores impresos en tipografía y grabados por José García Morago. Una nueva serie con una nueva efigie, grabada e impresa en calcografía en Inglaterra, se puso a la venta en 1876, seguida de otras en 1878, 1879 y 1882 grabadas por Eugenio Juliá. 

Durante su reinado aparecieron en 1875 un sello de “devolución de correspondencia sobrante”, dos nuevos sellos de impuesto de guerra --los llamados provisionales de Tarragona-- y otros cinco para esta misma sobretasa en 1876, así como un efecto más para impresos. Con la prematura muerte de Alfonso XII en 1885 se cierra lo que en la filatelia española se denomina período clásico, aunque algunos tratadistas prolonguen este período hasta finales del siglo XIX.

ALFONSO XIII (1886-1931)

Filatélicamente, el reinado de Alfonso XIII abarca desde 1889, en que se emitió la primera serie con la efigie del rey niño, hasta 1931. Circularon ampliamente las emisiones básicas popularmente conocidas como “Pelón” (1889-99), “Cadete” (1901-05), “Medallón” (1909-22) y Vaquer (1922-30). En 1905 se pusieron en circulación los primeros sellos conmemorativos españoles, dedicados al tercer centenario de la publicación del “Quijote”, y en 1920 los del Congreso de la Unión Postal Universal celebrado en Madrid, primeros en todo el mundo que conmemoraban una asamblea postal. 

Aunque muchas de las emisiones, realizadas fuera de España, tienen un carácter claramente especulativo, destacan por su buena ejecución las series Pro Cruz Roja Española, XXV aniversario de la Coronación del monarca, Pro Catacumbas, Exposiciones de Sevilla y Barcelona, XI Congreso Internacional de Ferrocarriles, Quinta de Goya, Descubrimiento de América y Pro Unión Iberoamericana. Durante el reinado de Alfonso XIII nacen los sellos para correspondencia urgente (1905) y los destinados al correo aéreo (1920); se perfeccionan los diseños y el sello español compite con los de las restantes naciones europeas.

SEGUNDA REPÚBLICA (1931-1939)

La proclamación de la II República en 1931 y la guerra civil de 1936-39 dejará en los sellos el testimonio de tan agitado período. Se inicia con la sobrecarga de la última serie básica de Alfonso XIII y se registran hasta 42 emisiones del Gobierno republicano, algunas tan destacadas como las del IX centenario del Monasterio de Montserrat, XL aniversario de la Asociación de la Prensa de Madrid, Exposición Filatélica de Madrid, Correo submarino y Homenaje al ejército popular. Durante la guerra proliferan las llamadas “emisiones locales republicanas” de carácter puramente propagandístico. 

ESTADO ESPAÑOL (1936-1950)

La llamada zona nacional, o Gobierno de Burgos, inicia sus emisiones en 1936 con un valor que reproduce el escudo nacional, seguida de otras notables como la llamada de la Junta de defensa nacional, Año Jubilar Compostelano, efigie del general Franco y la serie para correo aéreo dedicada a Juan de la Cierva. En estos años hay que consignar como novedad el nacimiento de las hojitas bloque postales, la primera de las cuales aparece en 1937, y la proliferación de las denominadas “emisiones patrióticas”.

Finalizada la contienda, vuelve a registrarse una cierta normalización en las emisiones postales, que van progresivamente aumentando su frecuencia y temática. Destacan en la década de los cuarenta las series dedicadas al XIX Centenario de la venida de la Virgen del Pilar, Año Santo Compostelano, Milenario de Castilla, las que honraban a los héroes de la aviación Haya y García Morato, las series anuales del Día del Sello y Fiesta de la Hispanidad, IV centenario del nacimiento de Cervantes y las dedicadas a Falla y Zuloaga. 

SEGUNDO CENTENARIO (1950-1975)

El año 1950, en que se cumplía el primer centenario del sello español, representó un hito fundamental en la filatelia española y abre un nuevo periodo en el repertorio histórico en nuestros sellos. La serie emitida para conmemorar la efeméride apareció sin dentar y reproducía valores de la primera emisión de Isabel II. Lo reducido de su tirada -40.000 colecciones completas- y su elevado facial -casi 75 pesetas- determinaron que estos sellos se agotaran rápidamente y hoy alcancen cotizaciones muy elevadas y en constante aumento. 

A partir de entonces el número de emisiones va multiplicándose, así como la calidad de su impresión, realizada siempre en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Entre otras emisiones de este dilatado período destacan por su interés las de Manuel de Falla de 1947, sobrecargada en 1950 con motivo del viaje del Caudillo a Canarias, la más escasa de las emitidas desde entonces (3.000 ejemplares); Isabel y Fernando el Católico, de correo ordinario y aéreo; Legazpi y Sorolla, las series anuales de pintores, iniciada con Goya (1958), tema Europa y “Forjadores de América” (desde 1960), I Congreso Internacional de Filatelia (1960), III centenario de la muerte de Velázquez (1961), series de monasterios, escudos, turismo, castillos, trajes regionales, uniformes militares, Hispanidad y Exposición Mundial de Filatelia “España-75”.

JUAN CARLOS I (1975)

La llegada al trono del rey don Juan Carlos de Borbón en 1975 inicia la última etapa en la historia contemporánea del sello español. Entre las emisiones de estos últimos decenios podemos consignar la de proclamación del rey, aprobación de la Constitución (1978), viajes de SS. MM., Reyes de España (Casa de Borbón y Casa de Austria), “Espamer 80”, centenarios de personajes célebres, Campeonato mundial de fútbol “España 82”, y las series conmemorativas del V Centenario del Descubrimiento de América, Olimpiada de Barcelona y Exposición Universal de 1992. 

Durante este Reinado el Correo español experimenta transformaciones decisivas, que se reflejarán en el sello: se diversifican la frecuencia y el número de emisiones y surgen nuevas presentaciones filatélicas, como los carnés, las pruebas de artista, de lujo y oficiales, así como las etiquetas postales y los sellos automáticos de valor variable. Finalmente, con la adopción del euro, desaparece el sistema monetario basado en la peseta, vigente desde 1868.

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