LA FILATELIA COMO VALOR-REFUGIO


Por desgracia, en estos últimos meses estamos presenciando y viviendo lo que se ha conocido como la 'crisis subprime' o 'hipotecas basura' y, aunque estalló en Estados Unidos, contagió a todo el sistema económico mundial. Las bolsas siguen sin recuperarse y cada vez afloran más millones de dólares de pérdidas de bancos de todo el mundo. La Reserva Federal se ha visto obligada a bajar reiteradamente el precio del dinero para evitar males mayores.

La crisis se debió a la confluencia de dos hechos. El primero, que los bancos de Estados Unidos concedían hipotecas a clientes que tenían alto riesgo de impago. Segundo, la caída de los precios de la vivienda en el país desde principios de 2007. Además, las entidades, que habían estructurado esas hipotecas en vehículos de inversión, obtenían la financiación de otros bancos que invertían en ellos por la alta rentabilidad.

Así, los hipotecados que vieron que el precio del dinero se había encarecido y que sus viviendas estaban sobrevaloradas no pudieron cumplir los compromisos que habían adquirido con las entidades. De esta manera, cuando estalló la crisis, los bancos fueron incapaces de ofrecer la alta rentabilidad con la que habían atraído a los otros bancos. Con lo cual, se produjo una falta de liquidez, que impedía seguir concediendo hipotecas, por lo que la Fed y el BCE decidieron realizar numerosas inyecciones de dinero a los mercados que calmaran las necesidades de financiación.

Y tal vez sea el momento de recordar algunas de las características de la llamada Inversión en Bienes Tangibles de Colección y más concretamente la de inversión en Filatelia Financiera.

El término ahorro-inversión en Bienes Tangibles designa la acción de convertir estos activos en soportes válidos para la inversión con garantías de máxima seguridad, alta rentabilidad, constante revalorización, adecuada liquidez, y en el caso de los valores filatélicos, fácil accesibilidad.

Efectivamente, no es hasta la segunda mitad del siglo XX, tras la devastación causada en Europa por la II Guerra Mundial, cuando han comenzado a considerarse estos bienes tangibles de cierto valor como activos de inversión con los que obtener unos beneficios, tras venderlos pasado el tiempo suficiente para su revalorización.

La inversión en ellos es el modo más natural y primitivo de invertir, ya que desde siempre poseer objetos valiosos ha significado riqueza y seguridad económica. Cada vez, con más frecuencia, bienes tangibles como los sellos, las obras de arte, las antigüedades, las joyas y un largo etc., no son objetos deseados sólo por coleccionistas o por satisfacción de gustos personales, sino también como una importante fuente de beneficios al venderlos una vez ha transcurrido el tiempo.

Por otro lado, se tiene que tener en cuenta la selección que se va a hacer, evitando caer en el común error de pensar que un objeto, por el simple hecho de ser susceptible de ser coleccionable, lleva incorporada una inversión. Así, por ejemplo, en el caso de la filatelia, la razón del desarrollo de los sellos de correos como una inversión encuentra su raíz en que el sello es un valor distribuido por el Estado, de acuerdo a ciertas reglas, no por cualquier persona privada, desconocida y quizás no digna de confianza.

Las características a las que me voy a referir en este momento son dos: la tangibilidad y el valor-refugio.

Tangibilidad: se invierte en un bien físico que tiene valor en sí mismo. El inversor posee en propiedad el valor de la inversión. Esta característica nos diferencia tremendamente la inversión puramente financiera de la Inversión en Bienes Tangibles de Colección; ya que el documento legal de la inversión financiera es una anotación en cuenta o un papel-documento que nos dice que somos propietarios de "X" acciones o de "Y" obligaciones, etc..., si la empresa desaparece (caso de Gescartera) somos propietarios de un papel-documento sin valor alguno.

Si invertimos en Bienes Tangibles de Colección somos propietarios del cuadro en el que hemos invertido, de una escultura, de unas monedas de oro, plata, etc..., o de una colección de sellos, y todos ellos tienen un valor en el mercado tanto nacional como internacional. En el supuesto de que la empresa desapareciera, los clientes lo tienen en su poder, es decir, son propietarios de ese cuadro, de esa escultura, moneda o colección de sellos.

Además, dentro de esta característica podríamos incluir otra como es la universalidad de mercados, es decir, estos bienes pueden venderse en cualquier parte del mundo, especialmente los Valores Filatélicos, ya que existen coleccionistas repartidos por todo el planeta, y por tanto se pueden vender en cualquier divisa.

Valor-refugio: entendemos por valor-refugio aquel activo físico o financiero que por sus especiales características de oferta y demanda, queda al margen de las caídas o crisis de los mercados financieros así como de las economías reales. Esta característica permite una cierta independencia de esta clase de bienes respecto a factores exógenos, como sucesos o decisiones de tipo económico o político que influyen en otros mercados de inversión. Se trata de valores que mantienen su cotización por razones diferentes a la confianza en empresas o en las medidas económicas que los diferentes gobiernos toman para reactivar la actividad económica. Tradicionalmente, este papel de valor-refugio ha sido desempeñado a lo largo de los años por el oro y más recientemente por el dólar norteamericano. Desde la perspectiva del los Bienes Tangibles de Colección se puede decir que todos ellos constituyen el refugio ideal para las situaciones de incertidumbre financiera o crisis económicas. Ningún valor como ellos presentan un comportamiento tan excelente, y dentro de todas ellas la inversión en Filatelia Financiera está más que probada, ya que ni la I Guerra Mundial, ni la II Guerra Mundial, ni la crisis de los años Setenta, etc... no hicieron bajar sus precios, al contrario como buen valor-refugio que es aguantó y aumentó su valor.

Con carácter general se puede decir que todos los Bienes Tangibles de Colección constituyen el refugio ideal para situaciones de incertidumbre financiera o crisis económica. Ningún valor como ellos presenta un comportamiento tan excelente. Y en épocas de bonanza económica, cuando todo acrecienta su valor, el de los Bienes Tangibles crece todavía más, y constituyen una magnífica opción de diversificación.

Los valores filatélicos quizás sean el arquetipo de las inversiones refugio, ya que son un valor que fundamenta su revalorización en un proceso de escasez permanente, basado fundamentalmente en la creciente demanda de coleccionistas e inversionistas a largo plazo, que hace que la oferta del sello para inversión disminuya progresivamente. Un valor que, por otra parte, tiene mercado abierto en todo el mundo, con una gran dispersión de oferta y demanda, circunstancia que le otorga una gran estabilidad, (inversiones pequeñas realizadas por millones de personas en distintos ámbitos geográficos).

Pero al igual que en cualquier sector hay que saber dónde invertir y en qué invertir, y si como es normal no conocemos el funcionamiento del mercado habrá que acudir a una empresa que nos asesore y debemos enterarnos, como hacemos con nuestras inversiones puramente financieras, qué tipo de empresa es, si es un "chiringuito" que no responde de la inversión, si es una empresa de ámbito local, nacional o internacional, si cumple con lo pactado; y, sobre todo, quiénes la dirigen o mejor dicho quiénes son sus dueños, es decir, si tienen alguna causa pendiente con la justicia por no atender a sus compromisos, si aparecen como morosos en el ranking de las Entidades Financieras, etc..., en definitiva, ni más ni menos que ser coherentes con nosotros mismos y con nuestro dinero.


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